La aplicación de la Inteligencia Artificial en la gestión de la empresa es ya una realidad. Según numerosos estudios, en el año 2020 la mitad de las empresas utilizarán alguna herramienta que dependa de la Inteligencia Artificial, basadas principalmente en procesamiento de información y aprendizaje. Sin embargo, esta revolución presenta sólo la punta del iceberg de una serie de cambios que estarán presentes en el futuro, tanto en las empresas como en nuestra vida cotidiana.
Generalmente, se asocia a la Inteligencia Artificial el conjunto de tecnologías que buscan imitar el pensamiento humano. Estos sistemas pueden procesar información en grandes volúmenes y resolver problemas. Una de las características principales de esta tecnología es la capacidad de aprender e ir mejorando sobre los errores aprendidos. Estas tecnologías se concretarán principalmente a nivel industrial, se estima, según IDC, que en el año 2020 ya la mitad de las empresas de todo el mundo utilizarán algún tipo de tecnología relacionada con la Inteligencia Artificial, principalmente para automatizar tareas de marketing o atención al cliente.
La capacidad de IA para mejorar a la humano
Actualmente, las empresas buscan realizar ciertas tareas con menor presencia de mano de obra, tareas como reconocimiento de voz, generación de información… La Inteligencia Artificial puede ayudar a las empresas a reducir los costes con la automatización, a mejorar la toma de decisiones y a mayor escala, agregar valor añadido a nuestra empresa. Desarrollando nuevos servicios o productos que antes no se podían desarrollar, obtenemos una ventaja competitiva frente otras empresas que no incorporan las últimas innovaciones tecnológicas.
Actualmente, el sector que más utiliza esta tecnología es el retail, especialmente en la interacción con los clientes a través de asistentes virtuales. El ejemplo más claro lo constituiría los sistemas interactivos de atención telefónica los cuales son capaces de entender las palabras clave que expresa el cliente y derivar las llamadas según los conocimientos de los especialistas encargados de atender las necesidades de los clientes. En el sector financiero, estas tecnologías permiten detectar patrones anómalos y detectar fraudes en pagos.
Otro sector que demanda mucho la Inteligencia Artificial, es la salud. Promete impactar muy positivamente en la calidad de vida de las personas. En Estados Unidos, muchos hospitales cuentan con reconocimiento de voz para transcribir recetas dictadas por los médicos. Sin embargo, el objetivo es que se puedan llevar a cabo diagnósticos automáticos de enfermedades.
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